23 de agosto de 2008

ENTRE LA ESCULTURA Y LA ARQUITECTURA

Hoy en día somos testigos de una evolución en la arquitectura, nunca antes se habían hecho construcciones poco imaginables, en mis épocas de estudiante de arquitectura realizé un curso de escultura en la universidad que lo mantuve por años no por seguir pensando en que algo tenía que ver con la arquitectura sino por algo que me gustaba y sentía pasión por ello. Hoy ya no la practico, aunque siempre tengo ganas de hacerlo, no lo hago porque las cosas del trabajo me hacen imposible realizarlo. Siempre pensé que había algo entre la escultura y la arquitectura (pura forma), pero con los años me di cuenta que ni una cosa ni la otra tenían que ver salvo por el aspecto exterior, aunque con ciertas limitaciones por parte de la arquitectura, mientras que una la observamos por fuera la otra la disfrutamos por dentro, aunque también gozamos con ella (la arquitectura) por fuera pero de otra manera.
La diferencia que existe entre la escultura y la arquitectura es básicamente, y como muchos han sostenido, es que una cumple una función estética y la otra una función humana, es decir una función donde el hombre realiza sus necesidades de vivir, trabajar, etc.. Pero que sucede hoy día, ¿acaso la arquitectura ha robado parte de la escultura?, creemos que no, es solo un producto de la tecnología y el resultado es meramente estético, hoy podemos realizar obras tan o tanto más parecidas a la escultura, las obras de Gehry son un claro ejemplo de ello, que podríamos decir que se tratan de esculturas gigantes, que son logradas gracias a los nuevos avances tecnológicos del hombre como ya lo mencioné anteriormente.
La gracia radica en pensar cuando proyecta un edificio en pensar éste como un objeto en el que la mano del diseñador ya no se limita a trazos rectos o curvos sino en trazos sinuosos, punte agudos y a veces pensados, como lo vi en un documental sobre Franck O. Gehry, obtenidos en virtud de un proceso de trabajo pensado desde fuera, es decir realizados en maquetas en la que se agregan o destajan volúmenes y que mucho se asemejan a los procesos realizados por escultores.
Es menester pues del arquitecto, pensar cual es su método de diseño, las tendencias actuales fijan una pauta par el camino de una concepción arquitectónica pero siempre dentro de la arquitectura habrá un parámetro que nos hará no esclavos del diseño pero sí un placer que es el de servir al hombre como eje principal a través de la función que esto implica una búsqueda de lo más adecuado que pueda ser una edificación para la vida.
En resumidas cuentas podemos decir que hoy en día las obras arquitectónicas ya no son más un conjunto de rectas o curvas sino un análisis exaustivo de las posibilidades "desequilibrantes" de los metodos constructivos actuales, lo cual hace que cada vez más nos veamos sorprendidos con nuevas propuestas alternativas de diseño y se vean como "obras de arte hechas función".

1 comentario:

Juan Antonio Diago Márquez dijo...

Estimado amigo:
Discrepo en cuanto a lo que comentas que la escultura cumple una función estética y la arquitectura una función humana. Eso sería correcto si consideraras que un collar, un pañuelo o unos zapatos son esculturas (que en un momento dado tamién lo puden ser, recuerda el famoso orinal de Marcel Duchamp).
La escultura (y sus intrínsecos conceptos) van mucho más allá de un planteamiento estrictamente estético.
Es cierto que hay esculturas que rayan lo puramente estético y formal, pero la historia contemporánea y no tan contemporánea, nos ha propuesto ya diversidad de propuestas escultóricas relacionadas con criterios tales com "arte povera" como rechazo a la sociedad de consumo, arte minimal: ante la ostentación del mundo en que vivimos, arte abstracto: ante tanto academicismo reinante, arte efimero: ante tanta obra faraónica, etc, etc.

Saludos Juan Antº Diago, Escultor y gran admirador de la arquitectura